Los viñedos se ubican en una terraza sobre el río Maipo, a 650 metros sobre el nivel del mar, en las estribaciones de la Cordillera de los Andes. Un clima mediterráneo semiárido, con marcada oscilación térmica y vientos que descienden por el cañón del Maipo, favorece una viticultura sostenible. La altitud y los suelos pedregosos de origen coluvial y aluvial dan origen a vinos frescos, equilibrados y de gran expresión aromática.
Las uvas son seleccionadas manualmente. Se realiza una maceración prefermentativa en frío de cinco días, seguida de fermentación alcohólica en pequeños estanques de acero inoxidable y una maceración postfermentativa de seis días. La fermentación maloláctica y la crianza en barrica se llevan a cabo por separado para cada variedad. El ensamblaje final se realiza justo antes del embotellado. Los vinos no son clarificados ni filtrados.
Las barricas de roble francés son seleccionadas y tostadas por el enólogo. El vino se cría durante 18 meses en barrica y más de un año en botella antes de su lanzamiento.
En boca, su voluptuosidad sedosa revela taninos redondos y expresivos, destacando notas de cereza, pimienta blanca y caramelo.


