Las uvas provienen de viñedos propios en Navarra. Sus temperaturas templadas y lluvias moderadas son ideales para la maduración lenta de la uva, lo que hace una excelente polimerización de los compuestos fenólicos y aromáticos.
La vendimia se realiza de noche, evitando por completo la oxidación de la uva. Después de la maceración en frío, se inicia la fermentación controlando los remontados y delestages, rompiendo el sombrero para extraer los taninos más finos. Este vino realiza la fermentación maloláctica en co-inoculación con fermentación alcohólica.
El vino se almacena en nuestro foudre de roble francés, donde se completa su crianza durante quince meses.
Este vino tiene una capa media alta, manteniendo después de la crianza una buena intensidad colorante y un hermoso tono cereza. Su nariz se caracteriza por la intensidad de los aromas de fruta madura, principalmente fruta negra (mora, casis y ciruela). A la entrada en boca el resultado es un vino estructurado, sedoso y graso, tanino bien pulido y marcado sabor a regaliz, que combina con el torrefacto y el cuero de la madera. El final de boca es largo y persistente.